A GOLPE
DE ARPA
(1935)
REVOLVER
SIN CRIAS
Don José
del Carmen Aguilar, tuvo la necesidad de conversar algunas cosas con la Justicia,
por un juicio criminal, por demás injusto, que se le siguió, antes de que
existiera Corte Judicial en Lambayeque; motivo por el cual se dirigió a
Trujillo, a cuya zona pertenecía nuestro departamento, en lo referente a los
asuntos judiciales.
En esa
corte, donde debería resolverse su causa, se entrevistó con el Fiscal, doctor
Francisco Quiroz Vega. Pero parece que la cosa no estaba muy buena para
Aguilar, mejor dicho, el asunto no era muy claro o no lo veía diáfano el
Fiscal, que dicho sea de paso, no usaba lentes. Parece que su condición de
Comisario Aguilar, en defensa del orden, de la autoridad, de la paz, de la ley
y de sí mismo, había disparado una inofensiva bala de su tranquilo revólver,
contra alguno de esos célebres bandoleros, que él tanto persiguió y casi
exterminó.
El señor
fiscal, con toda parsimonia y serenidad, le hizo notar los peligros del uso del
revólver, y más aun del de los proyectiles, manifestándole la conveniencia de
no llevar balas consigo.
Aguilar,
que siempre se las traía que haber con gente de “pelo en pecho” y de “cosas rayadas”,
estaba medio fastidiado por la amonestación, y para terminarla, le dice al
doctor Quiroga Vega:
- Lo que
voy a hacer, de hoy en adelante, es dejar las balas a mi mujer, y andar sólo
con el revólver. Puede ser que le revólver haga cría de balas y que se disparen
solas, porque si no son para dispararlas, ¿para qué sirven?
Esta
teoría de Aguilar, ha producido muchos prosélitos en el departamento de
Lambayeque, en el cual, desde esa época. Se tira más que nunca…